Con la primavera vuelve el calor y el buen tiempo, vuelven las tardes al
sol y los días más largos, vuelven los colores vivos y sobretodo, lo mejor es
que ¡vuelve la temporada de fresas! -y vuelvo a publicar :)-
A mi ¡¡me chiflan las fresas!!,
con su bonito color y delicioso sabor, son todo un lujo tanto para el paladar
como para la vista.
Además la fresa es una fruta
que destaca por sus propiedades beneficiosas para la salud:
- Antioxidante, pues las fresas son fuente de vitamina C y E
- Purifica el aparato digestivo, su aporte de fibra mejora el tránsito intestinal
- El 85% de su composición es agua, por tanto su aporte calórico es mínimo, y no contiene grasas ni colesterol
Sabiendo todo esto, ¿Cómo no
voy a comer fresas? Y además, ¡están de
temporada!
Aprovechando que ahora están
buenísimas y bien de precio, no me he podido resistir a preparar un crumble de fresas.
Anteriormente ya había
publicado 2 recetas de crumble (de arándanos y de manzana), pero este es
diferente:
- Porque no tiene base –lo que lo hace más sencillo de preparar-
- Porque el crumble además de mantequilla, harina, azúcar y almendra molida, este también lleva nuez picada –lo que le da más sabor y lo hace aún más rico-
El crumble puede ser tanto
con base como sin base. Personalmente, -habiendo
probado los dos tipos- me gusta más el crumble sin base, ya que es más
ligero de comer –aunque de las dos formas
está riquísimo :)-
Aquí os dejo la receta de CRUMBLE DE FRESAS:
Para 3 crumbles
300gr de fresas
60gr de azúcar + 1 cucharada
90gr de harina
30gr de almendra molida
30gr de nueces troceadas
60gr de mantequilla a temperatura ambiente
1 pizca de sal
PREPARACIÓN:
Primero de todo, pon a
calentar el horno a 200º grados.
A continuación, lava y corta
las fresas a daditos pequeños. Mezcla las fresas con las 3 cucharadas de azúcar
y reserva. –En este paso es muy
importante añadir azúcar para que las fresas no nos queden ácidas-
Para preparar el crumble, en
un bol mezclamos todos los ingredientes (harina, azúcar, mantequilla, almendra
molida, nuez y sal) hasta que parezcan
granitos de arena.
En el molde donde vayamos a
hornear el crumble, colocamos las fresas en la base y las cubrimos con el
crumble –hasta que queden cubiertas por
completo-
Ahora solo falta introducirlo
en el horno, y hornearlo durante 15 minutos –o
hasta que se dore el crumble-.
El crumble se puede servir
tanto caliente, templado o frío –esto ya al gusto-. A mí personalmente
como más me gusta es templado, aunque he de admitir que como muchas veces no me
puedo aguantar de probarlo, acabo comiéndolo caliente –es muy difícil resistirse-
¿Te animas a prepararlo?
¡MUCHAS GRACIAS POR VISITAR
MI BLOG!
Eva.